Dejad
Dejad que os coja la mano,
que mi piel con vuestra piel
descanse de su cansancio.
Dejadme que de la miel
del dulce calor humano
me sacie de tanta sed.
Y dejadme, terminando,
que peregrine después.
Hay manos que están buscando
el calor que yo les dé.
Fotografía: Jan Saudek
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