El Hada sin Almohada
Es hora de que el Hada de los Ojitos que se Caen se marche a dormir....
Pero... ¿que digo?
El Hada Azul no se marcha.
El Hada Rubita se queda.
Porque ya no siente nada en las mullidas plumas que antaño la acunaban.
Ahora se siente sola. Se siente aislada. Se siente estorbo.
Ahora el Hada Cansada ya no tiene almohada.
Al Hada Triste solo le queda un sofá en el que se le salen los piececitos y donde su espalda adquiere una nueva horientación.
Al Hada Sola nadie la acuna porque el sofa no se balancea.
Al Hada Amada le entran por la ventana los besos de unos ojos rajados que la velan al otro lado de su sueño, al otro lado de la bahía, a la vuelta de la esquina de su corazón
Felices Sueños, Hada Enamorada.
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